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jueves, 19 de enero de 2017

Otra de Odebrecht y Alan García Contra Cajamarca y Perú



El blog Celendín Libre publicó el artículo de la abogada Mirtha Vásquez (Cajamarca) que nos recuerda un grave ecocidio planeado por Alan García y Odebrecht: la mega hidroeléctrica Chadín II que, entre otras afecciones, inundará poblados de Amazonas y Cajamarca: extensión equivalente a tres veces el distrito de San Isidro en Lima. La obra está detenida, pero sabiendo la telaraña de corrupción de Odebrecht con peruanos, vale la pregunta ¿qué negoció Alan con este proyecto? Acá les dejo el artículo de Vásquez que nos hace mirar el problema no solo con ojos limeños:



Si al país le escandaliza que una empresa como Odebrecht haya llegado a ser beneficiada con tantos millonarios megaproyectos en el Perú solo por corrupción, a la gente que vive en estos lugares donde se ejecutaban o se tenía previsto hacer los mismos, los indigna profundamente.

Pobladores de Celendín-Cajamarca, amenazados por hidroeléctricas en el Río Marañón concesionadas a Odebrecht 


Así, con una frase los campesinos y pobladores de las comunidades en Cajamarca han resumido el escandaloso caso de corrupción de la empresa Odebrecht.
Desde hace años la gente afectada por los megaproyectos mineros, energéticos y viales, cuestiona la imposición de los mismos dados sus altos costos territoriales, ambientales y sociales. El discurso de cada gobierno ha sido prácticamente el mismo: Desarrollo y crecimiento para el país. La población por supuesto nunca se ha creído este discurso, más bien siempre ha sospechado de los intereses empresariales y corrupción detrás de ellos; sin embargo, la magnitud y las conexiones en las que se sostenía, apenas se empiezan a descubrir ahora.

En Cajamarca apenas se empieza a atar cabos. Se sabía de la empresa Odebrecht y sus millonarios contratos con su principal socia en la región, Minera Yanacocha, a quien le ha hecho múltiples trabajos de infraestructura minera desde el año 1996. Le construyó obras en cada una de sus minas, accesos, y se había hecho de la construcción de la primera etapa del proyecto minero Conga por más de 500 millones de dólares. Simultáneamente a este último encargo, en junio del 2010 el ex Presidente Alan García firmaba el acuerdo hidroenergético Perú-Brasil, con el que se autorizaba el represamiento de varios ríos. Incluso emitió antes de irse del gobierno el Decreto Supremo 020-2011-EM, que declara de interés nacional y social la construcción de 20 centrales hidroeléctricas en el río Marañón.

Por supuesto la población se preguntaba por las razones de este acuerdo, los objetivos del mismos, ¿sería acaso que estos represamientos y las hidroeléctricas resolverían el problema de los miles de pueblos que aún carecen de electricidad? porque el costo iba a ser alto, poblaciones desplazadas, actividades económicas tradicionales eliminadas, pueblos inundados, pérdida de recursos ambientales valiosos, y finalmente la muerte del río.

Pronto se fueron absolviendo tímida y solapadamente estas interrogantes. La energía no era para resolver las carencias energéticas del país, era para exportarla al Brasil; la energía no era para los pueblos, era para proveer mega proyectos como Conga y otros que se encuentran en el norte del país. El sucesor de Alan García, Humala, lo confesó abiertamente en la 39va. Convención Minera Perumin.

Los nexos se empezaban a notar, los intereses empresariales salían a la luz, los beneficios mutuos y trueques de los grandes socios (Odebrecht- Yanacocha) se evidenciaban ¿Era por el desarrollo del país que a estas transnacionales querían construir estos proyectos?

Así como descubrimos que, los famosos proyectos de la IIRSA que promovían una supuesta integración vial, no partieron de una necesidad del Estado sino de una propuesta de Odebrecht, hoy tenemos más claro que las hidroeléctricas o proyectos mineros como Conga también partieron de este interés particular de empresas hoy altamente cuestionadas.

El costo, social y ambiental de la imposición de estos proyectos no importaba, la gente puede ser desplazada, puede quedarse sin tierra, sin agua, los ríos pueden ser destruidos, las fuentes de agua desaparecidas. Y todo, absolutamente todo, por la corrupción.


domingo, 15 de enero de 2017

Graña & Montero no puede salvarse de Odebrecht ¡El insalvable!


Como mencioné en mi publicación anterior, el grupo peruano Graña & Montero, ante el escándalo de corrupción de su socio Odebrecht, el viernes último declaró en Semana Económica que no sabía nada de las ilícitas movidas de los brasileños.

Ese pretexto “no sabía nada”, puesto de moda estos últimos años por los apristas y fujimoristas para tratar de limpiarse de la mega corrupción que cargan sobre sus espaldas, va ser difícil que le dé resultado al grupo G&M ya que han empezado a salir aclaraciones y recordatorios sobre la mentada constructora peruana, socia de Odebrecht y que tiene como accionista de El Comercio (imperio mediático más fuerte de Perú) a uno de sus dueños. Por este motivo, ese "dueño", no es mencionado ni por casualidad en todo el imperio mediático. Mutis total.

 Los amigos de la comunidad “Prensa Basura Amarilla” publicaron este último jueves una de esas aclaraciones. Acá lo pueden ver:


“Grupo El Comercio es accionista en Graña y Montero formó consorcio con Odebrecht a la fecha, la suma de los contratos con el Estado suscritos por la dupla Graña y Montero-Odebrecht totaliza los 4 mil 200 millones de dólares”.

viernes, 13 de enero de 2017

Hildebrandt denuncia Odebrecht sigue postulando a megalicitaciones en Perú. Y Graña & Montero se lava las manos

Imagen referencial
Mientras la policía detiene a peruanos por protestar contra el peaje donde está involucrada la corrupta Odebrecht, esta empresa, sigue como postora a una millonaria licitación en Perú. Se trata de la construcción del puente Nanay en Loreto. Valor referencial de la obra: S/. 624’843,714.87  Así ha denunciado hoy día el semanario Hildebrandt en Sus Trece (CH13).
Según CH13 la buena pro iba ser entregada el 15 de junio pasado, pero observaciones de la OSCE lo retrasaron. Fuentes del Ministerio de Transportes y Comunicaciones aseguran que Odebrecht no escatima ningún esfuerzo para ganar el concurso, a pesar de tener encima todo el roche de “Lava Jato”. Y con ese mismo roche, sorprendentemente, el cartel de las empresas brasileñas coimeras, hasta ahora, en Perú no enfrenta ninguna inhabilitación.  
El puente de Nanay, menciona CH13, no es el único bocado que Odebrecht ansía de Perú en la actualidad: una subsidiaria de la brasileña abogó, en su país, por el pasaporte del investigado Rodrigo Costa Melo (con restricciones para salir de su país por el caso Lava Jato) para que venga a Lima, entre el 16 y 19 de enero, a ver negocios inmobiliarios en Lima, Miraflores, Callao y Tumbes (casas de playa, viviendas multifamiliares, un centro comercial y un hotel).
Costa Melo ya tenía reserva en un hotel san isidrino para la fecha indicada. Sin embargo, ayer, 12 de enero,  el investigado por un soborno de $750 mil en Río de Janeiro, desistió de venir a Lima.
¿Costa Melo se habrá asustado porque ayer 12 de enero se consolidó más la protesta contra el peaje Puente Piedra? ¿Habrá pensado que si la justicia peruana no cumple protegiéndonos de la corrupción (acostumbrados a eso Odebrecht) el pueblo sí lo hará?
Graña & Montero
No nos podemos olvidar de los socios, clientes -what ever- de Odebrecht: el consorcio peruano Graña y Montero que ante la papa caliente, in crescendo, que es el peaje Puente Piedra, no se les ocurrió mejor forma, ayer 12 de enero, declarar en la publicación Semana Económica que ellos no sabían nada de los actos ilícitos de su socio brasileño 
“Es evidente que nos equivocamos en esta asociación. Respecto a las acciones a seguir, estamos estudiando nuestras opciones legales para tomar alguna decisión”
Pobres !Pura inocencia! Bueno, si Alan García dice que no sabía nada de los ‘narcoindultos’ en su gobierno, si el Chino Fujimori dice que no sabía nada de la súper corrupción bajo sus narices en sus 10 años de fujimorato; entonces,  los peruanos, podemos esperar lo que sea. La impunidad perpetúa la corrupción.