La gente decía “maldito seas
Marco Tulio”. Las mujeres, ese día y con toda razón, parecían dispuestas a
matar, no soportarían broma o desplante alguno. Ya era suficiente estar
sufriendo la segunda broma de Marco
Tulio Gutiérrez “el Turbio”: ir a votar un domingo de misa, pelear por la
cola, subir cinco pisos, soportar el calor y todo por las wiflas pichón. Logré grabar a varias aguerridas peruanas que no se
doblegaron ante nada. ¡Qué bueno que haya mujeres así en nuestro país!
Ese domingo las mujeres dijeron que NO,
pero según la lógica del Turbio eso
significa que SÍ; por lo tanto,
ahorita él debe creer que ha ganado, que otra vez hará negocios con el Mudo en la Municipalidad de Lima. Debe creer muchas cosas, en fin. Como mi
abuelita decía a la mujer ni con el
pétalo de una rosa, pero como el
Turbio no es mujer, que se meta su
revocatoria y sus creencias al poto.
Fue un dilema...
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