Yo creo que si algún día la izquierda quiere triunfar, seguramente mas allá de simples actos electorales, tiene que liberarse de su caparazón "marxista-leninista", por razones teóricas y prácticas. Y no sólo porque requerirá de aliados, sino deberá admitir que los obreros, los reales protagonistas de la construcción socialista, gocen de libertad para pensar como a cada uno le parezca inteligente, correcto y ético. El socialismo no es ni puede ser una máquina de reclutamiento partidario. El socialismo es la revolución de todo tipo de relaciones sociales y humanas, presididas por el Amor a los otros y desterrando la ambición por la fortuna y por ser "líder" privilegiado. Hablar de Marx y Lenin sólo debe estar reservado a los miembros de los Partidos Comunistas, a los anarquistas no se nos puede imponer esas cadenas mentales, cuyo fracaso real ya está demostrado por la Historia. El mundo, la ciencia, la tecnología y las humanidades han avanzado tanto, que han roto a las viejas ideologías. ¿Se puede ser revolucionario sin adorar ni a Marx ni a Lenin? ¡Por supuesto que SI!.
Miguel, nadie adora a Marx ni a Lenin y lo que ha demostradola historia es que Marx tenía la razón sobre Proudhon y Bakunin y Lenin sobre Lev Chorni y Fanya Baron (¿Los conoces no?), lo que la historia ha demostrado es que el anarquismo no ha conseguido ninguna conquista jamás. Es puro ultraizquierdismo pequeñoburgués.
Las mas importantes conquistas obreras fueron obtenidas en tiempos del anarco sindicalismo (las 8 horas en enero de 1919 en el Perú). Una época en que los Sindicatos eran a la vez Escuelas donde los obreros aprendían a leer, escribir y hablar de nuestros problemas, en mítines, manifestaciones y centros de trabajo. Otro momento de grandes avances fue después de la Guerra, pero ya aquí confluimos los comunistas, los anarquistas y la derecha anti fascista. De ese entonces data la Seguridad Social. Pero ¿qué pasó cuando se desmoronó el "sistema socialista de Estado" en la URSS, cuando China emprendió la ruta de la restauración del capitalismo privado, para volverse una Gran Potencia, cuando Cuba y Viet Nam no podían competir con nadie, y buscaban negociar y arreglar con los imperialistas?. Sin reconocerlo públicamente, pero los "marxista-leninistas", manteniendo el control burocrático y oficial del sindicalismo mundial, permitieron la ofensiva general de la burguesía, a partir de los años 90, hasta que, hoy, pareciera que estamos de retorno a la esclavitud, mientras los sindicatos, cada vez menos numerosos, débiles y dependientes de subvenciones de los Estados capitalistas y de las grandes empresas, están amenazados de desaparición, simple y llanamente. No sólo engañan deformando la Historia, sino que diabolizan a los anarquistas, los excluyen de sus Comunicados y manifestaciones callejeras, utilizan la fama que los propagandistas burgueses han construído, presentándonos como violentistas y hasta "terroristas. ¿Y todo para qué? Para impedir la renovación sindical, que no accedan a la dirección personas menos vendidas al Poder, a fin que el infierno que vivimos se prolongue hasta el infinito, quizás hasta un triunfo comunista electoral, hecho casi imposible pero, que si se produjera, uniría la Dictadura del Capital con la Dictadura de una Nueva Clase opresora, multiplicando el sufrimiento material y moral del proletariado. Lenin vino a desviar a los socialistas de un Ideal que unía lo económico, lo político y lo psicológico y moral. Al crear el Partido centralizado de "revolucionarios profesionales", Lenin creó una élite que desplaza definitivamente, del poder de decisión, a la clase proletaria, los campesinos, los soldados, las bajas clases medias, todos considerados "incapaces de acceder a la "ciencia" marxista por sus propios medios". Es esa malsana teoría del "partido de vanguardia" y del manipulable "centralismo democrático" lo que le permitió hacer una revolución muy parecida a un Golpe de Estado, pero eso mismo le impidió construir un socialismo respetuoso de la Libertad y la Democracia de los militantes mismos y de todo el resto de la población, hasta que llegó el monstruo stalinista para destruir todo, comenzando por la Vida de los mas limpios entre los comunistas, de la periferia no comunista pero crítica, hasta los campesinos medios y ricos (los nobles y los grandes capitalistas pudieron huir al Occidente que los cobijó). Ese es el verdadero balance, ignorar la responsabilidad de la teoría leninista, sacralizarla, es convertirla en una religión, tan peligrosa como el islamismo radical. Y si no, fíjense a los Kmher rojos de Camboya, los senderistas peruanos y los energúmenos guerreristas de Corea del Norte. No hacer una introspección autocrítica de la teoría y la praxis comunistas, es condenarse a repetir toda clase de aberraciones, hasta la coincidencia actual con varias tesis neo fascistas, sobre todo el nacionalismo y el autoritarismo. Miguel Tauro.
Impecable argumentación sobre la supuesta contradicción entre construir el poder y tomarlo. Obviamente que el poder es una relación, y en ese sentido se construye, pero se materializa en instituciones que ejercen dicho poder y, en ese sentido, devienen cosas, instrumentos y como tales, se toman. Impecable.
Yo creo que si algún día la izquierda quiere triunfar, seguramente mas allá de simples actos electorales, tiene que liberarse de su caparazón "marxista-leninista", por razones teóricas y prácticas. Y no sólo porque requerirá de aliados, sino deberá admitir que los obreros, los reales protagonistas de la construcción socialista, gocen de libertad para pensar como a cada uno le parezca inteligente, correcto y ético. El socialismo no es ni puede ser una máquina de reclutamiento partidario. El socialismo es la revolución de todo tipo de relaciones sociales y humanas, presididas por el Amor a los otros y desterrando la ambición por la fortuna y por ser "líder" privilegiado. Hablar de Marx y Lenin sólo debe estar reservado a los miembros de los Partidos Comunistas, a los anarquistas no se nos puede imponer esas cadenas mentales, cuyo fracaso real ya está demostrado por la Historia. El mundo, la ciencia, la tecnología y las humanidades han avanzado tanto, que han roto a las viejas ideologías. ¿Se puede ser revolucionario sin adorar ni a Marx ni a Lenin? ¡Por supuesto que SI!.
ResponderEliminarMiguel, nadie adora a Marx ni a Lenin y lo que ha demostradola historia es que Marx tenía la razón sobre Proudhon y Bakunin y Lenin sobre Lev Chorni y Fanya Baron (¿Los conoces no?), lo que la historia ha demostrado es que el anarquismo no ha conseguido ninguna conquista jamás. Es puro ultraizquierdismo pequeñoburgués.
ResponderEliminarLas mas importantes conquistas obreras fueron obtenidas en tiempos del anarco sindicalismo (las 8 horas en enero de 1919 en el Perú). Una época en que los Sindicatos eran a la vez Escuelas donde los obreros aprendían a leer, escribir y hablar de nuestros problemas, en mítines, manifestaciones y centros de trabajo. Otro momento de grandes avances fue después de la Guerra, pero ya aquí confluimos los comunistas, los anarquistas y la derecha anti fascista. De ese entonces data la Seguridad Social. Pero ¿qué pasó cuando se desmoronó el "sistema socialista de Estado" en la URSS, cuando China emprendió la ruta de la restauración del capitalismo privado, para volverse una Gran Potencia, cuando Cuba y Viet Nam no podían competir con nadie, y buscaban negociar y arreglar con los imperialistas?. Sin reconocerlo públicamente, pero los "marxista-leninistas", manteniendo el control burocrático y oficial del sindicalismo mundial, permitieron la ofensiva general de la burguesía, a partir de los años 90, hasta que, hoy, pareciera que estamos de retorno a la esclavitud, mientras los sindicatos, cada vez menos numerosos, débiles y dependientes de subvenciones de los Estados capitalistas y de las grandes empresas, están amenazados de desaparición, simple y llanamente. No sólo engañan deformando la Historia, sino que diabolizan a los anarquistas, los excluyen de sus Comunicados y manifestaciones callejeras, utilizan la fama que los propagandistas burgueses han construído, presentándonos como violentistas y hasta "terroristas. ¿Y todo para qué? Para impedir la renovación sindical, que no accedan a la dirección personas menos vendidas al Poder, a fin que el infierno que vivimos se prolongue hasta el infinito, quizás hasta un triunfo comunista electoral, hecho casi imposible pero, que si se produjera, uniría la Dictadura del Capital con la Dictadura de una Nueva Clase opresora, multiplicando el sufrimiento material y moral del proletariado. Lenin vino a desviar a los socialistas de un Ideal que unía lo económico, lo político y lo psicológico y moral. Al crear el Partido centralizado de "revolucionarios profesionales", Lenin creó una élite que desplaza definitivamente, del poder de decisión, a la clase proletaria, los campesinos, los soldados, las bajas clases medias, todos considerados "incapaces de acceder a la "ciencia" marxista por sus propios medios". Es esa malsana teoría del "partido de vanguardia" y del manipulable "centralismo democrático" lo que le permitió hacer una revolución muy parecida a un Golpe de Estado, pero eso mismo le impidió construir un socialismo respetuoso de la Libertad y la Democracia de los militantes mismos y de todo el resto de la población, hasta que llegó el monstruo stalinista para destruir todo, comenzando por la Vida de los mas limpios entre los comunistas, de la periferia no comunista pero crítica, hasta los campesinos medios y ricos (los nobles y los grandes capitalistas pudieron huir al Occidente que los cobijó). Ese es el verdadero balance, ignorar la responsabilidad de la teoría leninista, sacralizarla, es convertirla en una religión, tan peligrosa como el islamismo radical. Y si no, fíjense a los Kmher rojos de Camboya, los senderistas peruanos y los energúmenos guerreristas de Corea del Norte. No hacer una introspección autocrítica de la teoría y la praxis comunistas, es condenarse a repetir toda clase de aberraciones, hasta la coincidencia actual con varias tesis neo fascistas, sobre todo el nacionalismo y el autoritarismo. Miguel Tauro.
EliminarImpecable argumentación sobre la supuesta contradicción entre construir el poder y tomarlo. Obviamente que el poder es una relación, y en ese sentido se construye, pero se materializa en instituciones que ejercen dicho poder y, en ese sentido, devienen cosas, instrumentos y como tales, se toman. Impecable.
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