En Perú los terremotos, aludes, maremotos, friajes y/o todo fenómeno natural o social, significan grandes orgías dinerarias, licitaciones, concesiones, que para Alan García y su corrupto gobierno —que parecen haber estado, durante estos cinco años, rezando porque se produzcan más desgracias y más destructivas— es como se debe hacer política en una nación habitada con personas de 2da categoría. Si las desgracias naturales no llegaban, pues creaban o incentivaban los conflictos sociales que, al final, ambos problemas les sirven para la ‘marmaja’, en cristiano: robar. ¿Cómo? Simple: desviando los fondos, concesionando a proveedores ya pactados, etc; con respecto a los conflictos, éstos les han servido para imponer su autoritarismo para con el ‘entreguismo’ de los recursos naturales de Perú, previa ‘mordida’ y un trago de whisky en la suite del Hotel Country Club.
Desde este mes los rezos del Alanismo y sus adláteres ya tienen un Cristo q los escuche; este Cristo del Pacífico no es ese hombre que murió por sus principios, es Alan disfrazado de izquierdista, derechista, humano o lo q sea, como ya nos tiene acostumbrados. Los verdaderos cristianos en un acto de limpieza, de contrición social, tendrán que tumbarlo a ese impostor; así como cayó la estatua de Saddam Hussein, el Alan disfrazado caerá.
Anoche, el programa Cuarto Poder nos mostró el caso de Julio Espinoza Jiménez, aprista q robó de la plata para los damnificados del terremoto en Pisco y que, ahora, se pasea libremente gracias a Alan García Pérez. Escuchen la burda actuación de Alan dándoselas de correcto cuando fue descubierto el robo. Ya caerás, la justicia lo demanda.
Los falsos egos siempre caen |
El friaje aprovechado para robar |
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