Hoy por la mañana, en en el programa BDP de Claudia Cisneros junto al extremista de la reacción, el premier Valdés una vez más repitió —como soldado de juguete de cuerda— su único discurso y excusa frente al desastre de su gestión, incluido muertos y heridos:
- Nosotros vamos por el diálogo, ellos no quieren el diálogo…
- ¡Es que los radicales, los extremistas!
“¿Nosotros vamos por el diálogo?”, ¡What! Parece que este señor, cada día más, está perdiendo la conciencia de la realidad. En primer lugar, Cajamarca históricamente ha dado (con sus recursos) ingentes cantidades de dinero al Estado peruano y es una de las poblaciones más pobres de Perú (tremenda injusticia); y esto ocurre, justamente gracias a la actuación de sujetos como Valdés en la política y en el mundo empresarial. Por lo tanto, eso genera una circunstancia, un clima, en la población explotada. Es obvio que ese clima no puede ser de cordialidad y con justo derecho. Por otro lado, Valdés desde un inicio se mostró —con la autoridad dada por Ollanta que mintió a los cajamarquinos— dictador y soberbio contra Cajamarca y, después, para remate, militarizó la zona. ¿Eso es diálogo?
Señores, esto es una invasión, es colonizar nuevamente a Cajamarca, a Perú. Es lo mismo que hicieron los españoles en la conquista: no respetar la vida de los nativos y llevarse a como dé lugar las riquezas peruanas. La diferencia es que ya no son virreyes los encargados de saquear, ahora son los criollos citadinos y constitucionales y que velan únicamente por sus bolsillos. Este tema demanda un ensayo, no obstante, ahora quiero recordar, como prueba de la mentirota de Valdés “Nosotros vamos por el diálogo”, una grabación de la reunión a la que fue Valdés para reunirse con los representantes de Cajamarca (donde se suponía iban a llegar un acuerdo) el año pasado; en ésta podrán notar la imposición de Valdés, su actitud negrera y nada conciliadora (acá pueden leer la nota q hice en aquel tiempo). Con esa posición llegó a Cajamarca y la mantiene hasta hoy.
No Srs., que no nos vengan con cuentos, la perorata de Valdés y sus grandes medios de comunicación solo tienen el fin de aplastar los derechos de los peruanos a como dé lugar, esa es la triste realidad. Punto.
Les dejo este diálogo de sordos de Valdés, la prueba de "su busca de diálogo" (también podrán escuchar opiniones, con conocimiento de causa, sobre el mencionado):