Elmer Campos Álvarez, baleado por la policía mientras protestaba en las lagunas de Cajamarca. El proyectil le atravesó el bazo, el riñón y la médula; le tuvieron que drenar sangre de sus pulmones. Después de muchas intervenciones y un fuerte tratamiento, ahora sobrevive con medio bazo y medio riñón y lo más serio es que ha quedado parapléjico. De la cintura para abajo ha perdido el movimiento, carece de funcionalidad y se queja de inhumanos dolores. El Estado, culpable de esta desgracia, debería hacerse cargo y tratar -por todos los medios posibles- de amenguar la terrible situación de Elmer, pero no es así. Elmer está vivo gracias al apoyo de particulares, familiares y entidades ajenas al Estado.
Mientras tanto, Ollanta Humala, su premier Juan Jiménez y su mujercita Nadine salen constantemente a decir que “abogan por los derechos fundamentales de las personas, por los más excluidos y que tienen que gobernar para todos”. Por favor, basta de payasadas. Roque Benavides vive orondo violando los derechos de los cajamarquinos, violando sus tierras, sus vidas; y Elmer(entre muchos más) vive jodido y postrado en una silla de ruedas por la ineficiencia y por la angurria de este Gobierno y sus patrocinadores comerciales. Esa es la realidad y punto. Esa es la justicia Humala y Nadine.
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