Antes de todo, quiero decirles que en mi anterior entrada no he propuesto ninguna solución, solo he hecho (bastante someramente para no aburrir) una descripción del contexto de cómo –según yo- es la democracia en Perú, que ésta en nuestro país no existe como resultado final. Como dije, creo en la institucionalidad. Comparto la idea de que es la nula clase política la responsable de nuestros males como sociedad. Sin embargo, no intento decir que hay que sacrificar a alguna clase social; mas bien sí crear una nueva, donde no todo sea dinero, pero para esto tiene que haber un Estado fuerte capaz de permitirnos vivir con tranquilidad con nuevas normas equitativas y saludables para la sociedad e individualmente.
Los Estados tienden, por lo menos en teoría, a buscar equidad para la población; pero les recuerdo que ya tenemos 180 años de gobiernos “democráticos” y no se ha reivindicado a los peruanos ni en salud, en justicia, en educación, etc. Actualmente las cifras dicen que hay alrededor de 11 millones de peruanos pobres, cifra amañada porque, según los especialistas, no cubre gran parte del Perú profundo (rural), o sea esa cifra puede que sea mayor. Entonces vale preguntar ¿acaso, no son pobres los que tienen estudios de tercera, trabajos calamitosos, sueños resignados? Aun siendo así la realidad de muchos peruanos, los derechistas dicen que ya dejaron de ser pobres.
Particularmente pienso que Perú es mucho más pobre aún: somos pobres cuando estudiamos solo lo q el bolsillo alcanza, cuando no podemos formar un hogar bien constituido por economía, cuando siendo médicos, abogados, profesores,… tienen q hacerse taxistas para sobrevivir, cuando los jóvenes se dedican hacer negocios en vez de estudiar, cuando tratan a los obreros como esclavos, cuando los padres no están juntos con los hijos el tiempo suficiente, cuando el tránsito vehicular es un caos, cuando las calles están cochinas, cuando no podemos industrializarnos siendo un país rico en materias primas, etc.
Repito la pregunta ¿esto es democracia? Habiendo un montón de gente que quiere y podría cambiar esta situación, pero gracias a nuestro sistema “democrático” hay que ser poderoso o servir a los poderosos para poder llegar al Gobierno y lograr un cambio sustantivo. Y sin mencionar los hechos tremendamente corruptos: Bagua, el ‘Arequipazo’, las petroleras de la Amazonía, los puertos peruanos vendidos… Decir que hay democracia es una falacia.
La democracia a media tinta no es democracia; la verdad a medias es una mentira. Los 180 años de Gobiernos “democráticos” han estado llenos de ‘reformas’; hablar de reformas es continuismo. Un cambio radical (que es un cambio de raíz y no como quiere engatusar la Palacios confundiéndolo con extremista), bien llevado, es lo que necesitamos. A grandes males, grandes remedios.
Como decía el gran Sartre:
- “la inacción es también corrupción” (el sistema nos obliga a ser indiferentes aunque nos indignemos, total, debemos sobrevivir; sin embargo, tiene q haber un punto de quiebre).
- “Custodiar los intereses que no son los suyos, que son opuestos a los intereses universales, hay que denunciarlo” (¿qué hacemos al proteger esta seudo-democracia? Favorecer a la corrupción. Y si aplicamos solo reformas: "hecha la ley hecha la trampa" como siempre seguiremos en el círculo vicioso, protegiendo intereses ajenos).
- “El descubrimiento de la alienación en sí mismo y fuera de sí mismo” (la alienación es el proceso mediante el cual el individuo o una colectividad transforman su conciencia hasta hacerla contradictoria con lo que debía esperarse de su condición (RAE). En Perú muchos tienen conciencia social, pero al creer en la democracia existente, acaso, ¿no están apoyando indirectamente todo lo que he descrito?)
La democracia no existe en Perú, porque aunque podamos votar no significa que la haya. Nuestra constitución es tan deficiente que, en cada votación, antes de que podamos emitir nuestro “libre voto”, ésta ya conculcó a la democracia: el Estado no tiene un mecanismo para apoyar a los partidos políticos (q sería lo justo, lo lógico); los partidos políticos son financiados por particulares; en otras palabras, se alquilan los cargos del Gobierno; entonces, inevitablemente ese gobierno va ceñirse a un sentido comercial, no por la nación, sino para los que invirtieron. Desde esta situación ya no puede haber democracia, es un sin sentido.