Esta es la historia de una pez de boca muy grande (hambrienta el 2006) y un (o dos) antropomórfico camarón.
Resulta que el 2006, la pez Nadine en campaña electoral con su esposo OH (en aquel momento de una sola aleta), famélica por el poder, lanzó una frase con el único fin —ahora lo confirma— de captar para sus filas a la gente asqueada por la corrupción del fujimorismo; ella anunció que en caso su esposo llegara a ser presidente se haría “una limpieza total en las Fuerzas Armadas para retirar a los mandos militares que firmaron el acta de sujeción durante el régimen fujimorista”. Sin embargo, bien lejos de cualquier limpieza, por el contrario, ahora ya en el poder la reina pez Nadine y su esposo nombran ministro del Interior a uno de esos militares firmantes, sucio del fujimorismo - Wilver Calle Girón.
Y la historia no acaba ahí, los camarones nunca bailan solos. Junto al novel ministro Calle, la reina pez y su rey pez (ya de varias aletas) también nombraron al ministro de Defensa: José Urquizo. ¿Quién es este otro ministro? ¿Un camarón antropomórfico o un hombre crustrapomórfico? Antes fue fujimorista, el 2003 se transformó en aprista apoyando al líder Omar Quezada, más adelante se afilió al nacionalismo humalista y consiguió una curul, siguiendo con el humalismo (ya en el poder) fue nombrado ministro de la producción. Desde ese cargo boicoteó a la reconocida bióloga Majluf, ex viceministra de pesquería, cuando ella anunció el posible peligro de extinción en que se encuentra nuestra merluza; no obstante, el resultado de las maniobras de Urquizo fue que Majluf se vio “obligada” a renunciar y la cuota de pesca ha sido elevada de 8.600 toneladas a 14.500.
Nos preguntamos ¿estos camarones, que sus acciones prueban solo una meta: estar en el poder sin importarles el costo, van a poder desempeñar una buena función ejecutiva y defender a la población merluza y a los demás peces que somos en la comarca Perú? La respuesta es obvia. Y no olvidemos que Urquizo fue pata del cardenal anti-PUCP Cipriani, en aquel tiempo arzobispo de Ayacucho, lugar donde el prelado no movió ni un pelo a pesar de las muchas quejas de violaciones contra los derechos humanos y asesinatos en serie. Y, ahora, este amigo y coautor de Cipriani en no defender a la población ayacuchana contra las secuelas del conflicto armado interno, justamente él, es ministro de DEFENSA… ¿a quién va a defender? Ya sabemos por quiénes bailan los camarones y quién es el cantor.
Nota: a toda esta marinada, auméntenle el factor Valdés, ¿otro crustáceo fujimorista, autoritario, etc.? ¡Ay O. Humala! No la haces ni una, ni tampoco quieres hacerla.
(la historia continuará)
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