Carapongo- Huachipa.- ¡Se lo llevó todo! Esta vez, el devastador huaico, entró por el portón y salió por el muro posterior de la casa de David Córdova el fin de semana antepasado. Esa noche de sábado fue la última vez que vio su casa, su pequeño restaurante, sus gallos (tenía 300), sus recuerdos personales de él, su esposa y sus dos niños.
Ocho años invertidos en su casa y
–según él- 80 mil soles en su restaurante, en minutos, desaparecieron. Y
a pesar que hemos visto historias más terribles en todo Perú y que David no es
ejemplo de la pobreza en las zonas afectadas por el “Niño Costero”, sí
demuestra la desgracia de perderlo TODO debido a nuestras malas autoridades que
permiten y aun incentivan que la gente viva en zonas de alto riesgo. Solo por
intereses populistas.
Felizmente, David, no tiene que
lamentar la muerte de alguien de su familia, sí la de más de la mitad de sus
gallos. Nota: desprecio las peleas de gallos, son una salvajada. Sin embargo,
me dieron mucha pena sus gallos muertos por ahogamiento o sepultados. Enjaulados
no pudieron huir. Vídeo:
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