Vídeo Facebook - página Despernado Perú
En la siguiente entrevista el Psiquiatra Alberto Fernández rompe
todas las falsedades creadas por y detrás del movimiento “No te metas
con mis hijos”. Intereses políticos que necesitan gente manipulable.
(Programa No Hay Derecho del día de ayer).
El movimiento “No te
metas con mis hijos”, fundamentalmente religioso y con clara injerencia
política, tergiversa y degrada la solución con que el Estado quiere
afrontar peligrosas alteraciones sociales como: la homofobia, feminicidio, violencia sexual, trata o violación de menores, etc.
Este movimiento se excusa en los niños para decir que se los están
pervirtiendo; según ellos, al niño no se les debe explicar la vida real,
en este caso, que existen heterosexuales y homosexuales, ¿o sea debe
crecer en una burbujita? ¿Para qué, para que cuando crezcan y se rompa
esa burbujita surjan, no solo en ese niño sino en sus cercanos, muchas
dolencias?
Sabemos que la
niñez es la etapa del humano donde mayormente se forman las virtudes,
defectos, miedos,… que nos acompañarán —activas o pasivas— toda la vida.
Las fobias, dicen, surgen alrededor de de los 13 años de edad. Perú
tiene una de las más altas tasas en las alteraciones antes mencionadas;
significa que estamos fallando, sobre todo, en la educación de nuestros
niños. Por lo tanto, es importante y lógico, trabajar a temprana edad
para prevenirlas.
Está muy bien Juan. Tratas el problema de una forma diferente a la mía. Yo lo hacía poniendo por delante los "Derechos de las Minorías Sexuales". En cambio tu incides mas en la necesaria "Educación Sexual de los Niños", a fin que de grandes no sufran traumas psicológicos, a veces irreversibles. Coincidimos, eso sí, en la peligrosidad de las ideologías fóbicas y en la denuncia de los intereses materiales que las sustentan. Ojalá ambos contribuyamos a despejar la neblina mental en la que vive mucha gente humilde, que confía ciegamente en el sacerdote católico o el pastor evangélico integristas. De por medio está un futuro que queremos mejor, para nuestros familiares y descendientes. Un abrazo. Miguel Tauro.
ResponderEliminar