El miércoles pasado se realizó un
recital en el Bar Centro Cultural "El Mirador" del Centro de
Lima. Jóvenes y no tan jóvenes se reunieron en este local para leer sus textos a flor de piel. La poesía
fue inédita, recorrida, jovial, madura. Entre los poetas reconocidos estuvo Paul
Forsyth, vate no muy dado a los
recitales, pero esa noche no, no se quedó entre los cerros inmóviles de Lima,
bajó a luchar con los jóvenes. Todos con sus únicas armas en la alforja, sus
palabras.
Parte del poema PORNOGRAFÍA de Paul Forsyth Tessey:
(...) con este cariño
animal,
con esta perversa
adoración, con esta iteración votiva
que me cierra los ojos
y entumece mi corazón,
hasta hacerlos restregar sus ávidas yemas
sobre los límites, los
bordes, la frontera verdadera de una materia finita,
que como todo lo hecho
en nombre del silencio,
oculta una
materia infinita.
con mis ojos penetro,
con mis uñas, con mis pies y con mis huesos,
con mis poros y mis
ácaros y también con mis labios y con mi lengua,
y finalmente
la penetro
la atravieso,
la destazo
y la entiendo con la
punta de mi cuerpo deliberadamente contenido
en el punto álgido de
la catarsis, previo al vacío, colmado en mi llenura,
todo yo ello hecho una
verga simple
que se moja con la
mente
cuando abro un libro –y las puertas de
mis ojos–,
y entre sus páginas
blancas
y sus negras letras
masturbo mi existencia como un
caballo sudoroso,
como un caballo
galopante, como un Pegaso inconmensurabilísimo,
como un monstruo que
se embellece
y soy yo que me
embellezco reconociendo mi propio rastro en la nieve
cuando abro un libro
–ya lo he dicho–
y discierno entre tanta literatura el fuego
que para,
no solo mi verga en la poiesis,
sino hasta el latido de mi corazón,
que se mece como un
cuerpo cuya desnudez abruma sentidos e intersticios,
un cuerpo cuya belleza
es confundida en el vacío
con la tiniebla
que a su vez lo libera.
.