Alan García lo sabía ‘no tenía
escapatoria’. Uruguay fue en realidad su última carta. Fugarse para él, después
de crear un acto histriónico, era tan fácil como meterse un baile de teteo o como tomarse una cerveza más - seco
y volteado: un show. Una vergüenza para
Perú.
Escaparse por los techos,
trepando paredes, porque Fujimori lo quería matar a él, a Alan, su creador y
aliado per secula seculorum:
toda una “tragedia griega”. Aparecer en Colombia, en París, en Madrid… Circo para el pueblo.
Tentaba para Rey de la Fuga o de Los Intocables; hasta que Uruguay le
cerró la puerta en la cara. Lava Jato no pasaba por esa puerta, no entraba en
un avión, pesaba demasiado para trepar paredes. Esta vez a AG no lo perseguía Fujimori
o un “hermanito” sino la justicia.
El semanario Hildebrandt En Sus Trece (CH13) ha publicado por qué las puertas se le habían cerrado al Rey
de la Impunidad, al rey muerto. CH13 nos cuenta que la bala que lo mató tenía
nombre: Jorge Simoes Barata, no solo por lo que ya había cantado sino por lo
que se venía.
No solo eran los más de $4 millones depositados por Odebrecht a su amigazo
y exsecretario, Luis Nava y a su hijo José Luis Nava, en transferencias bancarias
y a través de Miguel Atala, expresidente de Petroperú. Según Barata -Nava y
Atala- eran los testaferros de Alan, pero dijo más: Odebrecht había sobornado a
Alan con más de $14 millones por el Metro de Lima y la Interoceánica Sur y que,
el resto de los fondos negros, fue por medio de las empresas del prófugo
Gonzalo Monteverde.
Acá no acababa la delación,
Barata estaba comprometido a cantar toda la verdad (el próx. 23 y 26 de abril
en Curitiba) sobre los pagos a los “intermediarios” de Atala, Nava y Monteverde.
Iba a confirmar la información, contextualizar cómo fueron los sobornos y
aportar más documentos.
El fiscal Domingo Pérez tenía las
municiones necesarias para pedir arresto preliminar contra Alan, el acuerdo con
Barata justificó los 10 días que pidió. Dadas las circunstancias, según CH13, se entiende como el anticipo de
una acusación Penal. Pérez quería evitar que el Rey de las Fugas escape antes
de obtener el canto completo de Barata.
REY EN JAQUE
AG sabía que esta vez pesaba
demasiado para saltar paredes. La resolución para su detención del juez Sánchez
Balbuena, según CH13, recogía las
pruebas, testimonios y “la ruta del dinero” proporcionados por Barata. Era
primera vez que AG judicialmente estaba implicado de forma directa en sobornos
de Odebrecht.
El juez escribe que la concesión
del Metro de Lima fue gracias a la concertación ilegal ente AG y Barata y,
basado en la investigación del fiscal Pérez, apunta que los sobornos por esta
obra alcanzaban los $24 millones y no los 8 millones que creíamos hasta antes
de la caída del rey.
Un exdirectivo de Odebrecht y 3
testigos protegidos confirman estos sobornos por la Línea 1 del Metro de Lima.
Ellos aseguran que 10 millones fueron para exfuncionarios -como Jorge Cuba
Hidalgo- del segundo gobierno aprista; los 14 millones restantes fueron
dirigidos para AG.
El fiscal Pérez indica que los
presuntos testaferros de AG son papá e hijo Nava, Miguel Atala y su hijo Samir
Atala Nemi y el prófugo Gonzalo Monteverde. Según documentación de Odebrecht
dada por Barata, los millones que recibió papá Nava (codiname “Chalán”), una
parte fueron transferidos a la cta. Offshore
de papá Atala “Ammarin Invesment Inc.”, el resto fue en 19 envíos, todos de la
“Caja 2” de Odebrecht.
¿Por qué el juez Sánchez apunta
que estos sobornos estaban dirigidos a AG? Porque Nava y Atala eran de su
círculo más íntimo, pero no tenían ningún poder de decisión sobre las obras
Metro de Lima ni el proyecto Interoceánica Sur. Hay q tener en cuenta que la
ruta del dinero negro es aún más extensa y eso le falta cantar a Barata.
Los delatores brasileños han confirmado
que la red empresarial de Monteverde fue usada por Odebrecht para el desvío de
sobornos y pagos ilícitos en Perú y otros países. En el 2007, en el gobierno de
AG, las empresas de Monteverde recibieron cerca de $12 millones de compañías
del Grupo Odebrecht con trabajos en Perú.
Algo fuerte aún por desentrañar más
es sobre, según Barata, la conexión entre Monteverde y los Nava. Transporte Don
Reyna, empresa del hijo Nava, no solo daba servicios a Odebrecht sino a las
empresas de Monteverde; según Barata ambos grupos lavaban dinero de los
sobornos. Transportes Don Reyna cobró casi $18 millones en 5 proyectos de
Odebrecht.
Lo que debe haber puesto los
pelos de punta a AG fue que Barata reconoció las coimas alrededor de Transporte
Don Reyna como, según CH13, “un
eslabón más” de los sobornos relacionados a AG. Entonces, debemos entender que
el próximo canto del brasileño sería demoledor.
La fulminante resolución del juez
Sánchez apuntaba más perlas relacionadas al Metro de Lima y la Interoceánica
Sur y Norte: el 19/02/09 AG viajó a Cusco junto al titular del MTC, Enrique
Cornejo y Barata para inaugurar un Tramo de la IRSA Sur. Esa noche, ya en Lima
AG, conversó con sus ministros para aprobar un decreto de urgencia encargando
la construcción del Metro de Lima al MTC. Después, AG, dio 5 decretos de
urgencia más, reforzando así las facultades del MTC sobre los recursos de la
obra y restando poder a los fiscalizadores: La Contraloría y al Ositrán.
A la par, AG designó a Oswaldo
Plasencia como director de la Autoridad Autónoma del Tren Eléctrico (AATE). A
Plasencia le dio el poder de aprobar adendas de obras y expedientes técnicos
sin la necesidad de contar con la opinión de la Contraloría y demás fiscalizadores. Plasencia
era antiguo conocido de AG y Cornejo.
Otro empoderado para esta obra
fue Jorge Cuba, Viceministro de Comunicaciones, él nombró al Comité Especial
que adjudicó el contrato al consorcio de Odebrecht por $410 millones, la
mordida para Cuba fue más de $5 millones.
Con respecto a la Interoceánica
Sur: fue ejecutada con AG de presidente y con él, Odebrecht, multiplicó sus
ganancias. Para esto dio 13 adendas y autorizó préstamos y desembolsos que
elevó el presupuesto inicial de esta obra en $1,500 millones.
Por toda esta información el juez
Sánchez considera AG como la cabeza de una red criminal enclavada en el Estado,
con sus peones captadores de dinero Nava
y Atala y a Enrique Cornejo como el que direccionaba las contrataciones del
Estado en el MTC.
MI CONCLUSIÓN
Alan García tenía el Jaque Mate
encima, la nación que por tradición da asilo político le negó la entrada, los
“hermanitos” en el sistema judicial peruano estaban denunciados o expectorados
y bajo la lupa de la sociedad y el Congreso naranja aliado anda profundamente
desprestigiado.
AG estaba desesperado y, al
parecer, esa desesperación -que lo llevó a la cobardía fatal- se inició el 17 de
marzo del 2014, con la detención Alberto Youssef que originó un terremoto en
Brasil. Fue el inicio de la pesquisa policial más grande por corrupción en
Latinoamérica: el Caso Lava Jato. AG presintiendo lo que se venía necesitaba
blindarse, llegar al sillón presidencial era la mejor opción. Tal vez, por eso,
al año siguiente, se comió uno de los sapos más desagradables para él: aliarse
con su archienemiga Lourdes Flores Nano. Esto es una especulación mía, pero me
remito a una de las frases acuñadas por el propio Alan: “En política no existen
las coincidencias” .
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